4 TIPS PARA SER MEJORES PADRES

En la crianza de los hijos es indispensable incluir pautas y límites claros que visibilicen el respeto por los padres, pero también el respeto por los hijos. Si bien, es importante que los padres exijan a sus hijos el cumplimiento de responsabilidades y deberes, es indispensable reconocer también a los hijos como sujetos merecedores de derechos. En otras palabras, con las pautas de crianza no se espera mantener control absoluto sobre los hijos, más bien se trata de permitir la negociación entre padres e hijos, a fin de lograr acuerdos mutuos especialmente cuando los hijos se encuentran en alguna de las etapas de desarrollo más susceptibles como la adolescencia, ya que diversos autores expertos en el tema han considerado que la adolescencia es un momento en el que los hijos buscan persistentemente el logro de su independencia y el desarrollo de su personalidad.
Tal como se ha dicho anteriormente, los hijos tienen que cumplir con ciertos deberes: deberes personales, familiares, académicos y sociales, pero simultáneamente cuentan con unos derechos. Es por esto que las pautas de crianza se convierten en una forma de negociación y para ello se hace importante aprender a diferenciar los tipos de crianza: crianza sobreprotectora, crianza negligente y crianza con independencia.
TIPOS DE CRIANZA
Crianza Sobreprotectora: es un tipo de crianza en la que priman las normas y condiciones establecidas por los padres, emitiendo las necesidades e intereses de los hijos. Es común en los padres experimentar sentimientos como el miedo cuando se habla de dar libertad a sus hijos, por lo que prefieren proteger en todo momento por temor a que algo malo les pueda pasar, incluso, los padres son capaces de realizar o cubrir ciertas obligaciones, responsabilidades y tareas cuando esto les implicaría a sus hijos salir de casa. La crianza con sobreprotección limita en los hijos la oportunidad de aprender mediante el ensayo y error, afectando el desarrollo de su independencia.

Crianza Negligente: en este tipo de crianza, no existe en los padres la necesidad de establecer normas claras, ni existe en los hijos el interés por cumplirlas. Los padres son capaces de autorizar o desautorizar todos los interés o gustos de sus hijos sin dar un argumento al respecto, cuestionar o establecer condiciones. En la crianza negligente los padres no representan una figura de autoridad para los hijos porque en la mayoría de los casos, son los hijos quienes llevan el control de su propia vida, antes que sus padres.

Crianza Independiente: Es cuando se ha encontrado un equilibrio entre las pautas de crianza y las necesidades de los hijos, es decir, encontrar un equilibrio entre reglas y derechos. Una de las características más importantes en este tipo de crianza es la negociación. Los padres cuestionan y demuestran interés frente a las condiciones que experimentan sus hijos, por ejemplo, al salir de casa, al explorar un nuevo contexto y con quien comparten. Los padres reflejan la necesidad de identificar riesgos si es que los hay frente a la integridad de sus hijos, ejercen control, límites y reglas, pero al mismo tiempo reconocen los intereses y derechos de sus hijos. Cuando de socializar se trata, los padres comprenden que sus hijos independientemente de la edad; niños, adolescente o jóvenes tienen derecho a interactuar con amigos. Pero no significa que en la crianza con independencia los padres siempre tendrán que autorizar y hacer lo que los hijos esperan, todo dependerá de los riesgos o aspectos que se identifiquen al cuestionar, por ejemplo, al preguntar por las características del lugar o de las personas con quienes socializará. Por ejemplo, preguntar por el horario en que se realizarán las reuniones a las que pretenden asistir, y si por ejemplo, los hijos son menores de edad, la fiesta se realizará en horas de la noche, el sector presenta inseguridad y los menores no estarán acompañados por un adulto responsable, se esperaría que los padres no autoricen la participación de sus hijos, y no por ello dejará de ser una crianza con independencia, ya que en este caso los riesgos realmente si existen y vale la pena poner en consideración la autorización del permiso. A continuación, veremos algunos ejemplos en los que se evidencian los tres tipos de crianza ya mencionados.
Ejemplo:
  • Dice el hijo: ¿Hoy es el cumpleaños de mi mejor amigo, quiero ir a su fiesta?
Respuestas de los Padres de Acuerdo con el Tipo de Crianza:
  • Crianza Sobreprotectora. Los padres dicen: “no quiero que salgas, podría pasarte algo malo en el camino, asique no vas y punto”.
  • Crianza Negligente. Los padres dicen: “puedes ir, o no puedes ir”.
  • Crianza Independiente: Los padres dicen: “¿A qué horas será la fiesta? ¿Quiénes estarán en la fiesta? Está bien, puedes ir, pero deberás volver a casa a las 10:00pm, 11:00 pm”, etc.
TIPS PARA SER MEJORES PADRES


La crianza con independencia corresponde a una forma de negociación y de oportuna aplicación desde los primeros años de vida de los hijos y en las vivencias más cotidianas, tal como lo veremos a continuación.

1. Establecer Pautas de Crianza: es importante que los padres o cuidadores estipular reglas y límites claros de acuerdo con la edad de sus hijos. Es decir, si una familia se encuentra conformada por hijos de diferentes edades, lo más adecuado sería ajustar o personalizar la información para cada uno. Por ejemplo: autorizar en general a todos los hijos tener lista la tarea faltando 15 minutos para las 4:00 pm, cuando uno de ellos es tan solo un o una menor de 5 años quien probablemente no tiene plena conciencia para comprender este tipo de lenguaje, y seguramente para él o ella sería más fácil entender que su tarea deberá ser entregada a las 3:45 pm. Sin embargo, lo más adecuado por parte de los padres de acuerdo con la edad del o la menor, sería demostrar total disposición para acompañarle a realizar su tarea sin importar cuanto tiempo tarde.

2. Negociación Entre Padre e Hijo: los límites y reglas establecidas por los padres necesitan ser lo suficientemente claras, pero reconociendo siempre las necesidades y derechos de sus hijos. Por ejemplo, es probable que un niño o niña de 3 años comprenda que está obligado a bañarse cada día, lo cual ha sido establecido previamente por sus padres. Entonces, al llegar este momento lo más pertinente no sería decirle al niño o niña “ven a bañarte”, porque muy probablemente el niño o la niña intentará huir. Pero se le podría decir “ha llegado la hora de bañarte, prefieres hacerlo ¿con agua fría o con agua caliente?” El niño o la niña tomará una decisión obedeciendo la orden de su cuidador, pero negociando la calidad del baño. Simultáneamente se estaría respetando la regla establecida por los padres y el derecho del niño a elegir, reduciendo posibles conflictos y ahorro de tiempo.

3. Respetar el Tiempo de los Hijos: es importante reconocer y aceptar que los niños, adolescentes y jóvenes también tienen ocupaciones; hacer sus tareas, jugar, apoyar en las labores del hogar, compartir con sus amigos, etc. Por ello, cuando los padres necesitan de la presencia de sus hijos, pero estos en algún momento se encuentran cumpliendo con alguna de sus responsabilidades como las mencionadas anteriormente, se espera que los padres se preocupen por demostrar respeto frente al tiempo de sus hijos cuando no puedan acudir inmediatamente a su llamado. Sin embargo, los padres deberán averiguar, por ejemplo, qué actividades se encuentra realizando su hijo en el momento, cuanto tiempo tardará, etc. Y no hay nada de malo en que los padres tomen la decisión de esperar un poco a sus hijos siempre que sea necesario.

4. Ejercer Cuidado Físico y Emocional: mediante las pautas de crianza no solo se busca la protección, el cuidado y la prevención de riesgos físicos en los hijos; también se debe contribuir a su estabilidad emocional, reconociendo sus necesidades, intereses y fortaleciendo ciertas habilidades sociales como la toma de decisiones.

En conclusión, las pautas de crianza positiva son el conjunto de estrategias empleadas por los padres para influir en sus hijos e inculcarles una serie de valores y normas culturales que guiarán su conducta social. Cotidianamente se ha considerado que, ante la ausencia de los padres, las personas encargadas de ejercer las mejores pautas de crianza son los abuelos. Sin embargo, un estudio realizado con adolescentes huérfanos de madre a causa del conflicto armado ha demostrado que las personas encargadas de ejercer las mejores pautas de crianza después de los padres son los familiares colaterales, como los hermanos (as) y los tíos (as).

Referencia:
Molpeceres, 1991 (citado por Brussino, S., 2002). Inventario de Pautas de Crianza: Estudio de la Consistencia. Evaluar, vol 2 (2002), (pp. 04-04). Recuperado en: laboratorio de 117 evaluación psicológica.

Entradas populares de este blog

FACTORES DE RIESGOS Y FACTORES PROTECTORES EN EL DESARROLLO DE LA RESILIENCIA