APRENDE A DECIR "NO" DE FORMA ASERTIVA

¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD?

Las interacciones sociales implican también atender demandas de terceros, demandas que no siempre se presentan para favorecernos, sino también para influir en contra de nuestros derechos, creencias, principios y conveniencias. Cuando de interactuar se trata surge lo que conocemos como asertividad, habilidad social que nos permite expresar lo que pensamos, sentimos y todo aquello que queremos manifestar bajo el principio del respeto, es la capacidad de defender  nuestros derechos sin violentar los derechos de los demás.

Decimos que una persona es asertiva cuando es capaz de ejercer y defender sus derechos personales como por ejemplo, decir “no”, expresar desacuerdos o dar una opinión contraria sin dejarse manipular como hace el sumiso y sin manipular como hace el agresivo. Cuando recibimos un mensaje, ya sea una petición, una queja, un llamado de atención, etc., podríamos reaccionar desde alguna de estas tres posturas: desde la sumisión, la agresividad o la asertividad, siendo esta ultima la postura o forma de comunicación esperada para responder a cualquier tipo de petición a fin de evitar conflictos.

Es importante destacar que la mayoría de las personas pueden carecer de asertividad; piensan, sienten y actúan de una manera particularmente débil a la hora de ejercer o defender sus derechos, pero no te preocupes, tanto la agresividad como la sumisión son estrategias de respuestas totalmente aprendidas y no biológicas, por lo tanto pueden ser modificables o desaprendidas.

Características de una persona sumisa. Son poco expresivas, presentan bloqueos y circunloquios frecuentes a la hora de hablar, incluso pueden actuar de una manera totalmente opuesta a sus convicciones para evitar contrariar a los demás. Los individuos sumisos suelen demostrar miedo, culpa y sentimientos de minusvalía, lo cual podría desencadenar cuadros de ansiedad o depresión. El comportamiento de las personas sumisas puede hacer que la gente aprovechada no les respete, por ejemplo, el miedo a decir “NO” es sinónimo de sumisión y podría convertir a la persona en una marioneta porque el sumiso atrae al abusivo. El miedo a decir “NO” encarrila a la persona en un círculo vicioso de culpa; tiende a sentir culpa por no decir lo que desea, pero cuando lo dice, siente culpa por no decir lo que el manipulador esperaba.

Características de una persona agresiva. Segú Walter Riso, muchas de las personas que intentan pasar de la sumisión a la asertividad se exceden de revoluciones y caen en la agresividad; con esto no significa que las personas que presentan tendencias agresivas es porque fueron antes personas sumisas, algunas personas pueden ser agresivas desde siempre como parte de su personalidad, pero también es cierto que otras personas pueden aprender a ser agresivas como mecanismo de defensa debido a las circunstancias. El objetivo principal del agresivo es el de atacar al otro haciendo daño para obtener en la mayoría de los casos un beneficio, ya sea para exigir respeto, poner límites, manifestar incomodidades, etc. Las personas agresivas no siempre actúan desde una postura premeditada, en algunos casos actúan de tal manera porque pueden percibir la situación como una amenaza, como un peligro real o imaginario.

CASOS EN LOS QUE NO SE RECOMIENDA SER ASERTIVOS

Cuando la integridad física pueda verse afectada. La asertividad cosiste en modificar un comportamiento que vulnera los derechos del otro, pero a veces, por más asertividad que se use es imposible producir un cambio significativo en la otra persona. Por ejemplo, si alguien pretende abusar sexualmente de otra persona, la asertividad no le serviría como defensa a la víctima, ya que la asertividad no está diseñada para frenar o reducir la violencia física. Cuando la integridad física se encuentra en riesgo podemos decir que se trata de un asunto de vida o muerte y la asertividad no sería un mecanismo de defensa eficiente por ejemplo, si alguien golpea nuestro cuerpo, nos agrede con un objeto cortopunzante o nos apunta con un arma de fuego.

Cuando se puede lastimar innecesariamente a una persona: cuando se trata de algún asunto que puede incomodar a los demás, pero la persona que genera la supuesta incomodidad no tiene control sobre la misma. O cuando se trata de un asunto que, aunque le podría incomodar a X o Y persona no es algo que se encuentra establecido como ilegal simplemente porque nadie está exento de experimentarlo en algún momento. Por ejemplo, decirle a alguien que su corte de cabello no le queda bien, o decirle que el olor de su perfume no es agradable.

Cuando haya un costo social significativo: cuando alguien está en la tónica de hacer nuevos contactos y mejorar sus habilidades para vencer la soledad, es mejor poner a descansar la asertividad por unos días. No se trata de eliminarla por completo, sino, para darse la oportunidad de incrementar el nivel de tolerancia si de hacer nuevas amistades se trata, ya que nadie desearía iniciar un lazo de amistad con una persona que se torne muy calculadora desde el primer momento, a diferencia de una persona que se muestre libre y sin complicaciones.

¿CÓMO APRENDER A SER ASERTIVOS?

Técnica del Sándwich.

La técnica de sándwich es una estrategia utilizada en la comunicación asertiva. Recordemos que la asertividad es una habilidad que nos permite expresar lo que pensamos y lo que sentimos haciendo valer nuestros derechos, pero también respetando los derechos de los demás. A través de esta técnica es preciso manifestar desacuerdos, dar opiniones contrarias o expresar sentimientos negativos sin dejarse manipular como lo hace el sumiso y sin violentar como lo hace el agresivo. Sabemos que un sándwich contiene tres capas (pan + relleno + pan) y son las mismas tres capas a representar en el mensaje que deseamos transmitir. La primera capa de pan hace referencia al primer contenido del mensaje y deberá ser positivo, el relleno del sándwich hace referencia a la idea central del mensaje o a lo que podríamos considerar como algo no tan positivo, finalmente la última capa del sándwich es la otra rebanada de pan y hace referencia al cierre del mensaje, por lo que también deberá ser positivo resaltando por segunda vez las cualidades de la persona a quien dirigimos el mensaje.

  • Primer paso. Debemos empatizar con la persona a quien nos vamos a dirigir e intentaremos ponernos en su  lugar. Le haremos saber que comprendemos y respetamos su punto de vista, su opinión o su situación, ya que el objetivo de este primer paso es predisponer la habilidad de escucha en el otro, suavizar el momento para hacer que la persona preste atención al mensaje que deseamos trasmitir. Por ejemplo, “reconozco la calidad de persona que eres y realmente lamento la situación por la que atraviesas ahora”
  • Segundo paso. Es el momento de manifestar la idea central del mensaje, la misma que podría incomodarle si no es bien trasmitida o recibida. Posteriormente se debe utilizar alguno de estos conectores: pero sin embargo. Por ejemplo, sin embargo no me gustó la forma como te has dirigido a mí”
  • Tercer paso. Posteriormente cerraremos la idea o el mensaje reconociendo por segunda vez alguna de las características positivas de la persona, por ejemplo, “entiendo que tu actitud de pronto no haya sido intencional porque conozco de tus valores, tranquilo (a), todo mejorará”

Otros Ejemplos.

  • Rechazar una invitación a un concierto. Agradezco mucho que me hayas tenido en cuenta para asistir y acompañarte a tal evento, sin embargo, no suelo escuchar el tipo de música. Que te parece si asistimos al concierto de X o Y artista quien es tu artista favorito y también el mío ¡podríamos pasar muy bueno!
  • Dar una opinión en el trabajo. Tu propuesta es muy buena y de hecho me gusta mucho, pero considero que no sería muy adecuada en el momento por el tipo de población con la que estamos trabajando, recuerda que son personas menores de edad. Pienso que tu propuesta podría ajustarse y funcionar muy bien cuando trabajemos con la población mayor de edad.
  • No hacer un préstamo. Entiendo la situación por la que estas pasando ahora, pero en el momento no puedo prestarte el dinero que necesitas. No te preocupes, puedo comprarte algunos de los productos que vendes.

Con la asertividad no buscamos lastimar o destruir al otro, buscamos destruir en nosotros mismos el miedo a hablar, el miedo a expresar lo que sentimos y el miedo a hacer valer nuestros derechos sin afectar o invalidar los derechos de los demás.


 Referencia:

Riso.W., (2002). Cuestión de Dignidad - el Derecho a Decir "NO".



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